Unos científicos de EEUU han logrado borrar un recuerdo desagradable en ratones. Pero han ido todavía más lejos: han logrado convertirlo en un recuerdo agradable. ¿Cómo lo lograron? Primero identificaron el conjunto de neuronas (engrama) que almacenaba la memoria traumática y mediante ingeniería genética introdujeron en esas células una proteína que permite controlar la actividad neuronal. Luego, reactivaron esas neuronas que almacenan el recuerdo traumático a la vez que el animal experimentaba una experiencia agradable. De esta forma, ese engrama incorporó el nuevo valor emocional agradable eliminando (o bloqueando) el componente aversivo.
En el experimento, solo modificaron el valor emocional (aversión -> atracción o viceversa) de una memoria espacial (el recuerdo de un lugar), pero no la memoria espacial en sí.
¿Quieres saber más sobre ese experimento? Lee la entrada donde apareció originalmente esta neuro-viñeta: “Falsas memorias, recuerdos sintéticos, y la naranja mecánica” (SciLogs.es).