La memoria humana es tan extraordinaria como inabordable en términos moleculares. Por eso, la ciencia de la memoria ha recurrido a su estudio en animales para desvelar esas moléculas. Caracoles, moscas, gusanos y ratas todos aprenden empleando muchas de las mismas moléculas. Y en humanos, alteraciones en esas moléculas causan defectos cognitivos. Por eso, pensamos que hoy ya conocemos el esquema general de la maquinaria molecular que sustenta los recuerdos.
Lo que hoy sabemos de las moléculas de la memoria lo debemos en gran parte a esos pequeños y pequeñas: caracoles, gusanos, moscas ratones y ratas. A pesar de su tamaño, algunos tienen neuronas mucho más grandes que las nuestras, permitiendo un abordaje experimental realizable. Viajamos en esta entrada por la evolución, explorando los recuerdos íntimos de estos animales, para aprender sobre nosotros.
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